BIOGRAFÍA.
Arjumand Banu Begum (abril de 1593 – 17 de junio de 1631), es el nombre real de la musa que inspiró el Taj Mahal en la India. La gente la conoció popularmente como Mumtāz Mahal, “amado adorno de palacio”. Y así, con este cariñoso apodo con el que le llamaba su enamorado esposo, el emperador Shah Jahan, la hemos conocido hasta nuestros días.
Mumtāz Mahal era hija de un noble persa, Abdul Hasan Asaf Khan, hermano de la emperatriz Nur Jahan. Musulmana de la rama chiíta.
Se convirtió en emperatriz de la India, durante la dinastía de los mongoles, al desposarse con el príncipe Khurram, en 1607 dc y unirse en matrimonio con él cinco años más tarde (10 de mayo de 1612), a la edad de 19 años.
UNA HISTORIA DE AMOR IRREPETIBLE
Era la tercera esposa para el ya Emperador Shah Jahan I, sin embargo, cuentan las crónicas de la corte, que desde que Shah Jahan se unió a Mumtza Mahal, dejó de mostrar interés por las anteriores esposas, sus derechos de poligámia o cualquier otra mujer.
Según el cronista oficial de la corte Mótamid Khan, la relación que el Emperador mantenía con sus otras esposas «no tenía nada más que el estado de matrimonio. La intimidad, la atención, el afecto y el favor que Su Majestad tuvo para la Cuna de la Excelencia (Mumtaz Mahal) superó en mil veces más de lo que sentía por cualquier otra mujer».
La relación entre Mumtaz Mahal y Shah Jahan fue mucho más allá de las alianzas entre familias, o las necesidades de herederos para la sucesión, que suelen marcar las diferentes dinastías a lo largo de la historia. Ellos disfrutaron de la plenitud del amor dentro del matrimonio.
Su embelesamiento fue más allá del puro romanticismo y estableció las raíces para una relación tan sólida, que convirtió a la Emperatriz en la mano derecha de Shah Jahan. Viajaba con él por todo el imperio y fue tan digna de la confianza de su esposo, que éste le dio su sello imperial, conocido como Muhr Uzah.
Los historiadores de la época la describen como una mujer con un carácter determinado y que intercedía políticamente por las personas más vulnerables.
En ese encarnado compañerismo que les unió, ni siquiera sus constantes embarazos impidieron a la Emperatriz a acompañar a Shah Jahan a las campañas militares. Eran amantes, consortes imperiales y compañeros.
MUERTE DE MUMTAZ MAHAL
Estaba a punto de dar a luz a su décimo tercer hijo, una niña, mientras acompañaba a su esposo en la campaña en Deccan Plateau. Su cuerpo no pudo resistirlo. Murió durante el nacimiento de su hija Gauhara Begum, en Burhanpur(1631 d.C.).
HIJOS DE MUMTAZ MAHAL Y SHAH JAHAN
- Shahzadi Hluralnissa Begum (1613-1616).
- Shahzadi (Princesa Imperial) Jahanara Begum) (1614-1681).
- Shahzada (Príncipe Imperial) Dara Shikoh (1615-1659).
- Shahzada Mohammed Sultan Shah Shuja Bahadur (1616-1660).
- Shahzadi Roshanara Begum (1617 – 1671).
- Badshah Mohinnudin Mohammed Aurangzeb (1618-1707).
- Shahzada Sultan Ummid Baksh (1619-1622).
- Shahzadi Surayya Banu Begum (1621-1628).
- Shahzada Sultan Murad Baksh (1624-1661).
- Shahzada Sultan Luftallah (1626-1628).
- Shahzada Sultan Daulat Afza (1628-1629).
- Shahzadi Husnara Begum (1630-1631).
- Shahzadi Gauhara Begum (1631 – 1707).
LA INSUPERABLE TRISTEZA DEL EMPERADOR
Aunque Shah Jahan permaneció en Burhanpur para concluir la campaña militar que lo había traído a la región, cuentan los cronistas de la corte, que el dolor del Emperador ante la pérdida de Mumtaz Mahal era desgarrador e inconsolable.
El cuerpo de la Emperatriz fue enterrado de forma transitoria en el jardín de recreo amurallado conocido como Zainabad en Burhanpur. Este jardín fue construido por el tío de Shah Jahan, Daniyal, a orillas del río Tapti. Como todos sabemos, el cuerpo fue posteriormente trasladado hasta el mausoleo del Taj Mahal, pero la tumba original de Mumtaz, todavía puede encontrarse en estos jardines de Burhanpur.
Las crónicas de la época, nunca habían prestado tanta atención a la muerte de una Emperatriz, máxime cuando el imperio mogol era musulmán y polígamo y por tanto, el Emperador no se quedaba sin consorte. No obstante, era tanta la admiración que había despertado esta historia de amor tan insólita en la corte y era tanto el dolor del Emperador, que se han podido recoger diferentes crónicas del estado de Shah Jahan tras la desaparición de su amada.
Algunas de las crónicas hablan de un estado de tristeza permanente. Hasta tal punto que se aisló durante un año. Su reaparición, no hizo sino hacer saltar las alarmas. El Emperador había envejecido prematuramente. Su cabello era completamente cano y su estado físico estaba visiblemente demacrado. Perdió completamente el interés por cualquier diversión, prohibiendo cualquier actividad de este tipo los miércoles, día en el que murió su esposa. Además, no usaba, perfumes, ropas coloridas, joyas y dejó de escuchar música.
La fortuna personal de la Emperatriz Mumtaz Mahal, estaba valorada en 10.000.000 de rupias. Fue el mismo Shah Jahan quien hizo el reparto de la herencia. Concediendo a Jahanara Begum, la hija mayor, la mitad de ésta y el resto entre los demás hijos.
NACE EL TAJ MAHAL, REVIVE EL AMOR, LA BELLEZA Y LA VIDA
Quizás uno de los poco consuelos que encontró Shan Jahan, frente a la pérdida de su amada, fuera Jahanara Begum, la hija mayor, que con gran paciencia y devoción hacia su padre, trató de ocupar el lugar de su madre en el corazón y en la corte. O tal vez la planificación de un monumento que revivía el amor que sintió, y que deseaba fuera digno de trascender el tiempo y la historia.
Por eso, desde el principio Burhanpur nunca fue pensado por él como el lugar donde iba a descansar su esposa definitivamente. Con esa idea en su corazón, el cuerpo de Mumtaz Mahal es desenterrado en diciembre de 1631 y trasladado con todos los honores en un ataúd de oro, bajo la escolta de su hijo Shah de regreso a Agra. Allí fue enterrado en un pequeño edificio a orillas del río Yamuna.
Con su llegada, empieza también una planificación de 22 años para el mausoleo y los jardines que hoy conocemos como el monumento que por excelencia celebran universalmente: el amor, la belleza y la vida… el Taj Mahal “Corona del Palacio”.